La Residencia de Estudiantes: Dalí,Lorca y Buñuel
- ktmktmktm
- Jan 23, 2014
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Hoy es el aniversario de un genio que a pesar de ello es y será inmortal gracias a su obra y su persona. Por ello quiero hacer incapié en la flamante residencia de estudiantes donde entre otras cosas se encontraron tres excelsos artistas: Dalí, Lorca y Buñuel.
LA RESIDENCIA: ETAPA HISTÓRICA
La Residencia de Estudiantes, desde su fundación en 1910 por la Junta para Ampliación de Estudios hasta 1936, fue el primer centro cultural de España y una de las experiencias más vivas y fructíferas de creación e intercambio científico y artístico de la Europa de entreguerras. En 1915 se traslada a su sede definitiva en la madrileña Colina de los Chopos. Durante toda esta primera etapa su director fue Alberto Jiménez Fraud, que hizo de ella una casa abierta a la creación, el pensamiento y el diálogo interdisciplinar. Tanto la Junta como la Residencia eran producto de las ideas renovadoras de la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1876 por Francisco Giner de los Ríos.
La Residencia se proponía complementar la enseñanza universitaria mediante la creación de un ambiente intelectual y de convivencia adecuado para los estudiantes. Características distintivas de la Residencia fueron propiciar un diálogo permanente entre ciencias y artes y actuar como centro de recepción de las vanguardias internacionales. Ello hizo de la Residencia un foco de difusión de la modernidad en España, y de entre los residentes surgieron muchas de las figuras más destacadas de la cultura española del siglo XX, como el poetaFederico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el cineastaLuis Buñuel y el científico Severo Ochoa. A ella acudían como visitantes asiduos o como residentes durante sus estancias en Madrid Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Blas Cabrera, Eugenio d'Ors o Rafael Alberti, entre muchos otros.
La Residencia fue además foro de debate y difusión de la vida intelectual de la Europa de entreguerras, presentada directamente por sus protagonistas. Entre las personalidades que acudieron a sus salones figuran Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Igor Stravinsky, John M. Keynes, Alexander Calder, Walter Gropius, Henri Bergson y Le Corbusier, entre muchos otros. A menudo, estas personalidades fueron invitadas por dos asociaciones privadas que colaboraron activamente con la Residencia y unieron su labor a un amplio sector de la sociedad civil: la Sociedad de Cursos y Conferencias y el Comité Hispano-Inglés.
Sus años en la residencia
Durante los años que Dalí, Buñuel y Lorca pasaron en la Residencia, además de crear fuertes vínculos de amistad e incluso enemistad entre ellos, los artistas tuvieron ocasión de entrar en contacto con las diversas corrientes estéticas y movimientos de vanguardia que se estaban dando en Madrid, España y Europa, así como de asistir a conferencias de científicos y artistas de la talla de Einstein, Marie Curie o Le Cobusier entre muchos otros. Este ambiente intelectual como ningún otro, favoreció un intercambio cultural enorme que los tres genios supieron aprovechar para crear toda su obra posterior. El hecho de que Dalí, Buñuel y Lorca se hayan conocido y pasado una etapa de su vida en la Residencia de Estudiantes, condicionó totalmente sus obras posteriores, bebiendo unos de otros y de todas las personas y novedades que ahí descubrieron.
El primero en llegar a la Residencia de estudiantes fue Buñuel. A los 17 años, terminado el bachillerato en Zaragoza se traslada a la capital para cursar estudios universitarios, alojándose en la Residencia, donde pasaría los siguientes siete años de su vida.
Al año de que Buñuel entrase en la residencia, llega un joven Lorca desde Granada, sobre el que Buñuel decía lo siguiente: “(…) a Federico se lo debo todo. Es decir, sin él, yo no habría sabido lo que era la poesía.”
Dos años después de la entrada de Federico García Lorca en la Residencia, completa el trio un Salvador Dalí adolescente, tímido e inseguro, pero que ya muestra su extravagante estilo.
No tardan en hacerse amigos, y empezar a buscar la manera en la que expresarse: Lorca a través de la poesía y la dramaturgia, Buñuel ensayando la puesta en escena en teatro con sus compañeros que más tarde desembocaría en la grabación cinematográfica, y Dalí intentando encontrar su propio estilo a través de obras impresionistas, cubistas e incluso futuristas.
Los tres interactuaron mucho con sus obras. A Dalí le apasionaban los versos de Lorca, aunque él decía que era demasiado burro para entender la poesía. A Buñuel le ayudaron Lorca y Dalí a montar locas versiones de Don Juan Tenorio que representaba para sus compañeros de la Residencia. Por su parte, los cuadros de Dalí fascinaban a Lorca y a Buñuel. Tanto es así que el pintor Catalán, realizó en 1924 un retrato del futuro cineasta, mandándole éste colocar en el fondo nubes alargadas, una de ellas situada amenazadoramente a la altura de su ojo derecho, lo que parece anticipar el arranque de “Un perro andaluz”.
Lorca y Dalí empezaron a tener una relación mucho más estrecha, lo que provocó celos por parte de Buñuel. Tras la Semana Santa de 1925 que Lorca pasó en casa de la familia Dalí en Cadaqués, Lorca comenzó a escribir su “Oda a Salvador Dalí” , dándosela a conocer al pintor con cuentagotas, mostrándose éste ansioso por conocer completo el texto, tal y como se refleja en la correspondencia que los dos amigos mantienen. En 1926 por fin se publica el poema al completo en la “Revista de Occidente”. Dalí queda asombrado con la belleza de los versos que Lorca ha escrito sobre él, aunque admite que no entiende en muchas ocasiones los términos con los que se refiere a sus pinturas. Con éste poema publicado, Lorca deja bien claro el afecto que siente hacia el artista de Figueres, haciendo gala de la pasión y la delicadeza tan típicamente lorquiana. Durante esta correspondencia que ambos mantienen por correo, se intercambiaran dibujos, poemas y vivencias. Entre los dibujos, destacan las visiones de ambos sobre la figura del marinero y sobre todo la de San Sebastián. Dalí, envió en un momento una carta a Lorca en la que incluía un dibujo del santo diciendo que lo identificaba con su amigo poeta. San Sebastián no es sólo el patrón de Cadaqués, sino también que la imagen de su martirio contiene referencias homoeróticas. Por una parte, Dalí veía en el santo pasividad, mientras que por otra parte, Lorca reconocía en la figura del mártir sacrificio y pasión. Se considera que éste san Sebastián es una respuesta a la oda, donde Dalí admite que no tiene los mismos sentimientos que Lorca. Aún así, Dalí diseña los decorados para la segundo obra de Lorca: Mariana Pineda.
Por su parte, Buñuel observa la relación que hay entre el granadino y el catalán con recelo. La amistad que había entre ellos se traba, y arremete sobre todo contra Lorca, de quien llegó a decir en cartas a Pepín Bello (importante ingeniero que coincidió también con ellos en la Residencia) que estaba absorbiendo completamente a Dalí no dejándole irse a París para que creciese como artista. Finalmente, en el año 1929, la relación entre Lorca y Dalí se enfría completamente. El pintor viajará a París donde conocerá a André Breton y el resto de personas que conformaban el grupo de surrealistas, que marcarán el resto de su obra.
En años posteriores, Buñuel y Dalí colaborarán el películas como “Un perro andaluz” (1929) y “La edad de oro” (1930).
Obra posterior e influencia.
Podemos decir, que la Residencia juntó y distanció a los tres artistas. Por una parte, siguieron más o menos una temática común muy ligada al surrealismo, mientras que por otra, bien es cierto que siguieron caminos muy diferentes.
Lorca muestra su cara más surrealista en obras como “Así que pasen cinco años” o “El público” y seguirá hablando de la pasión como elemento central, en buena medida, despertada por Dalí.
Buñuel creará surrealismo en movimiento. Cintas como “Un perro andaluz” o situaciones como las que se dan en “El ángel exterminador” se ceñirán a éste pensamiento. Además, en ésta última obra recreará situaciones vividas en la residencia: Lorca y Dalí, estuvieron encerrados en su habitación dos días enteros creyéndose náufragos que no podían salir de la estancia por una fuerza superior y también un compañero de habitación del cineasta se peinaba únicamente la mitad de la cabellera, como uno de los personajes de la película.
Por su parte, la residencia sirvió a Dalí para encontrarse: encontrarse consigo mismo y encontrarse artísticamente. Descubrirá otras artes como el cine o la fotografía y descubrirá la ciencia. Se dice que para uno de sus cuadros más famosos, “La persistencia de la memoria”, se inspiró en la teoría de la relatividad de Einstein, a quien había oído hablar en una conferencia en la Residencia. A raíz de estos conocimientos científicos que le interesarán sobremanera, Dalí intentará aunar ciencia y arte en una serie de cuadros que se basarán en elementos de la física cuántica y atómica.
Nada hubiera sido igual en la vida ni la obra de ninguno de estos tres artistas si no hubieran coincidido en la madrileña Residencia de Estudiantes. Y es que todo, al fin y al cabo, se basa en el azar y las casualidades.