Contra el veneno, la cafetería de Manolo.
He amanecido con el alma descansada, relajado, decidido a disfrutar del día. Pongo la radio: un hombre grita como alocado desde las ocho de la mañana - es un fascista, un franquista- decido mover la ruleta que cambia de emisora, como si estuviera buscando vida en otro planeta las ondas suenan, parece que llega otra emisora - es un comunista de republica bananera- esta vez la forma de hablar del locutor me recordó a la película " el Gran Dictador". Decido apagar la radio y abrir el periodico: recibió dinero de ETA, lucha interna en el partido, misiles y muertes, medio periodico lleno de deportes, querellas, descreditos, robos...¿ qué ocurre?. Voy al quiosco a comprar otro periodico distinto: recibió dinero de un empresario, separaciones de partidos, misiles y muertes, medio periodico lleno de deportes, querellas, descréditos, robos... Entonces decido ir a la cafetería a ver a Manolo para intentar que la cafeina me despierte, quizá todo sea un sueño. -Oye tu fascista, ponme un café - ¿Me lo va a pagar o tiene que pedir un credito para ello perro flauta?, Manolo y yo empezamos a reirnos- ¿los bancos? le respondo, yo quemo bancos e iglesias, Manolo se rie,- ya verás cuando los grises vayan a tu casa- . Había un hombre dentro de la cafetería, nos miraba con estupor y cierto enfado, pagó su desayuno, no dejó propina y colocó el periodico que con tanto afán leia con los otros, se fué sin despedirse.
Salí de la cafetería tras escuchar unos cuantos helicópteros, pasa por delante una huelga cantando y coreando felízmente la internacional. Mientras unos mueven unas banderas, otros pintan e inhabilitan cajeros de bancos. Tenía unos chicos al lado, de unos 12 años, hablaban de hacer un escrache a un profesor por haberles puesto un exámen sorpresa ayer. -Chicos, ¿qué es eso de un escrache? les pregunté, el más alto de todos me contestó - una forma de luchar por nuestros derechos, le miré a los ojos durante unos segundos,- mira chico, hacemos un trato, si no haceis eso os invito a un colacao con churros, el chico alto miró a sus amigos y al unísono empezaron a celebrarlo. Entramos todos con Manolo - Manolo!, dictador ponle un colacacao con unos churros a estos chavales, -¿vas a pagar ahora o antes tienes que hacer malabares en un paso de cebra? . Manolo y yo reíamos mientras le comentaba que los chiquillos planeaban asediar a su profesor por hacerles un exámen sorpresa. Manolo se acercó a ellos mientras devoraban los churros - entonces quereis hacer un... y antes de terminar, el chico alto replicó a Manolo - no no! ya no! da igual ¿pero mañana nos invitais a más churros vale?.
Mientras Manolo y los chicos hablaban, entraron dos hombres de mediana edad, nada más entrar uno de ellos repetía como habiendo entrado en trance - nos vamos a forrar, nos vamos a forrar, nos vamos a forrar, por fin! por fin! mientras, el más tranquilo le recuerda... -así es y además es imposible que nos pillen, es un plan perfecto. Mientras les miraba, pensaba que lamentáblemente a ellos ya no les podía invitar a un colacao con churros en la cafetería de Manolo.