Toros y cañas en la Plaza Mayor y la muerte de Rodrigo Calderón
Para quien no lo sepa, eran memorables las fiestas de toros y cañas celebradas en la plaza Mayor, aprovechando cualquier acontecimiento y contaba con la asistencia de la corte, presidida por los reyes. Desde los abarrotados balcones se presenciaba la fiesta.
Algunos de estos palcos improvisados, han llegado hasta nuestros días rodeados de leyendas. El balcón de Marizápalos no es el único que trajo quebraderos de cabeza a una reina pues, años más tarde se produjo que el rey Carlos III hizo preparar un balcón para que la marquesa de Esquilache presenciara la fiesta- La reina, al preparar el festejo, había puesto una contraseña a las invitaciones de la corrida para saber quién daba el palco a la Esquilache.
Apareció ésta en un balcón de la calle Botoneras, no conducía escalera ni puerta alguna. La reina, molesta, acudió a las botoneras para saber como había subido la marquesa hasta allí. Descubrió que enviados del rey, habían trabajando en la construcción del palco. Cuando el rey descubrió que había sido delatado, quiso castigar a las botoneras, pero la reina intercedió por ellas y finalmente fueron perdonadas.
En esta misma plaza, también se acometían ejecuciones. Una de las más famosas fué la de Rodrigo Calderón, que fué acusado (se piensa que falsamente, porque su insolencia creaba variados enemigos) de brujería . Murió ejecutado en la Plaza Mayor, en 1621. Su dignidad y valentía ante la muerte, le hizo merecedor de tener un nombre en el refranero español: "tener más orgullo que Don Rodrigo en la horca" , aunque no fué ahorcado sino degollado, al ser de condición noble.
